Desde pequeños, todos hemos jugado con puzzles o rompecabezas. En general, tenemos una imagen que está descompuesta en piezas y que hay que unir para conseguir la imagen original.
Las piezas pueden tomar las formas más diversas. Los puzzles tradicionales, que se utilizan manipulativamente, tienen piezas que disponen de una serie de enlaces que encajan perfectamente con la pieza correspondiente.
Pero en los pasatiempos las piezas pueden tomar formas más geométricas, ya que lo que importa es que la unión con otra pieza sirva para unir trozos de la figura que correspondan.
Entre los pasatiempos nos encontramos, a veces, puzzles cuya composición no da lugar a una imagen, sino a una frase. Para ello contamos con una serie de piezas, normalmente, todas iguales y de forma cuadrada, que tienen una serie de letras y que al unirlas se forma una frase buscada.
Podemos ver un ejemplo, en el siguiente pasatiempo tomado de la revista Muy Interesante de diciembre de 1999, en el que se dan pistas sobre los huecos rojos que van en la frase, algunos de los cuales se señalan en el tablero correspondiente.
En el segundo ejemplo, tomado del Pequeño País del 1 de septiembre de 1996, nos encontramos con la misma idea, con la diferencia de que en este, tenemos colocados todos los puntos que nos indican claramente donde colocar las piezas.
El último ya se complica un poco, pues aparte de que sólo hay una pista, que no corresponde con los puntos sino con una de las rectas, las piezas no son cuadradas, aunque esta segunda complicación realmente es la que nos permite resolver el reto propuesto. También está tomado del suplemento del Pequeño País, en este caso del 16 de agosto de 1998.
Entre los pasatiempos nos encontramos, a veces, puzzles cuya composición no da lugar a una imagen, sino a una frase. Para ello contamos con una serie de piezas, normalmente, todas iguales y de forma cuadrada, que tienen una serie de letras y que al unirlas se forma una frase buscada.
Podemos ver un ejemplo, en el siguiente pasatiempo tomado de la revista Muy Interesante de diciembre de 1999, en el que se dan pistas sobre los huecos rojos que van en la frase, algunos de los cuales se señalan en el tablero correspondiente.
En el segundo ejemplo, tomado del Pequeño País del 1 de septiembre de 1996, nos encontramos con la misma idea, con la diferencia de que en este, tenemos colocados todos los puntos que nos indican claramente donde colocar las piezas.
El último ya se complica un poco, pues aparte de que sólo hay una pista, que no corresponde con los puntos sino con una de las rectas, las piezas no son cuadradas, aunque esta segunda complicación realmente es la que nos permite resolver el reto propuesto. También está tomado del suplemento del Pequeño País, en este caso del 16 de agosto de 1998.