En varias ocasiones hemos dicho en estas páginas que el hecho de que en un pasatiempo aparezcan números no quiere decir que sea matemático, igual que el hecho de aparecer letras no implica que sea un pasatiempo lingüístico.
Un ejemplo, del que hemos hablado en otras ocasiones, es el sudoku. Su carácter matemático no viene dado por el hecho de aparecer números, pues se pueden encontrar sin dificultad sudokus donde aparecen letras o incluso letras y números mezclados. Su carácter matemático lo da el método o heurístico que hay que aplicar para resolverlo.
Algo similar ocurre con el pasatiempo al que nos vamos a referir hoy: las palabras cruzadas. Hace ya unos meses le dedicamos una entrada que se puede consultar en PMP. Palabras cruzadas. Un ejemplo se puede ver en el siguiente pasatiempo tomado el suplemento Aula del diario El Mundo del 14 de enero de 2005. Para verlo en toda su amplitud basta pulsar sobre él.
Como puede observarse, el hecho de aparecer palabras no implica que sea un pasatiempo lingüístico, ya que las palabras meramente sirven para contar el número de letras y fijarse en los cortes. No hay definiciones, ni pistas ni nada que impida resolverlo a quien no tengas esas respuestas. Hasta tal punto es independiente de las palabras, que podemos resolver un crucigrama igual si estuviese en otro idioma aunque no conociésemos ese idioma.
Este verano, he dedicado varias horas en la playa, bajo la sombrilla, a resolver pasatiempos variados de los que se pueden encontrar en los cuadernillos que se compran en los quioscos o en las tiendas de euro. Entre ellos he encontrado la versión de este pasatiempo en la que, en lugar de palabras, se trabaja con números de varias cifras. Es un pasatiempo que había encontrado anteriormente en la revista de pasatiempos Logic que editaba Zugarto. Como vemos en el siguiente, el proceso es independiente de que sean números o letras, la cuestión es el método de resolución que se aplique, comenzando por las palabras, en nuestro caso números, más largas, que suelen ser las que menos hay y completando gracias a los cruces entre los elementos.
Para terminar de completar esta entrada, vamos a añadir una adaptación de este pasatiempo que hemos aplicado varias veces en el aula. Aparte del pasatiempo en sí de colocar las palabras, se le completa con un par de preguntas más de contenidos, para que los alumnos muestren si conocen esos elementos que han trabajado.