En las entradas que hemos dedicado en este blog a los pasatiempos de jeroglíficos, hemos visto como de vez en cuando es posible encontrar referencias matemáticas que sirven para hallar la solución. Unas veces son una serie de números que por sus características nos dan una pista, por ejemplo aparece un número primo. Otras veces hay que buscar la equivalencia entre los números que aparecen y su traducción a la numeración romana. A veces aparecen dibujos geométricos conocidos por todo el mundo. Incluso a veces aparecen operaciones, para utilizar las palabras suma y resta, incluso algunas de ellas evidentemente mal.
En general, estos jeroglíficos no suelen ser muy complicados de resolver pues la conversión en frases de los elementos matemáticos suele ser simple. Pero a veces nos encontramos con cosas mucho más enrevesadas, como vamos a ver en esta ocasión.
Entre 1990 y 1992 se estuvo publicando en España el diario El Sol, uno de cuyos socios fue la editorial Anaya. Este periódico cuidaba mucho los complementos del diario, ofreciendo unos excelentes libros en fascículos y comenzando con la entrega de libros de lectura que posteriormente copiaron otros periódicos. Los domingos, entregaban con el periódico un cuadernillo bastante amplio de pasatiempos, algunos de los cuales ya hemos utilizado en anteriores entradas.
Ese cuadernillo tenía un conjunto de pasatiempos bastantes originales que se salían bastante de lo que se podía encontrar en esa época en otros diarios. Uno de ellos era el jeroglífico loco que hoy nos ocupa.
Este jeroglífico era más bien un problema de lógica, ya que a partir de una serie de símbolos, debíamos deducir la solución que solía ser complicada. Hoy vamos a ver algunos de esos retos donde aparecían símbolos matemáticos.
El primero apareció publicado el 2 de septiembre de 1990 y fue el siguiente:
Normalmente, no solemos dar las soluciones de los pasatiempos que colocamos en esta página, salvo casos excepcionales, para no quitar a nuestros lectores el placer de descubrirlos ellos mismos. Pero en esta ocasión creemos necesario ver, al menos uno, para que se pueda comprobar cuál era el tipo de razonamiento que se espera en cada caso.
En el jeroglífico anterior, se comenta que aparece una raíz cuadrada de una maceta cuadrada, por lo que sólo se puede referir a la raíz de una planta.
Los otros dos restantes ya los dejamos a la inventiva del lector. Éste se publicó el 1 de julio de 1990.
El último ejemplo no lo tenemos fichado y no podemos indicar exactamente la fecha de publicación.
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